“Comprender el presente, exige un diálogo sincero con nuestro pasado.”

En tiempos donde la memoria parece volverse difusa y los discursos se polarizan con facilidad, “NO MATARÁS (del otro lado)” irrumpe en la escena teatral como un acto de coraje artístico, una pieza que no sólo interpela al espectador, sino que también lo sacude desde las entrañas.

Escrita por Osvaldo Peluffo y Veronika Ayanz Peluffo, y dirigida con mano firme por el propio Peluffo, esta obra constituye el segundo capítulo de “La trilogía argentina” (el primero fue “Ravioles”) y continúa con el ambicioso y necesario objetivo de revisar nuestra historia reciente, sin concesiones ni filtros.

La obra se sumerge en los años 70, una de las etapas más cruentas y debatidas de la historia argentina.

Con una narrativa potente, emotiva y sin anestesia, logra el equilibrio justo entre la denuncia, la sensibilidad y la reflexión.

“NO MATARÁS (del otro lado)” no busca agradar ni adoctrinar, expone. Y lo hace con un respeto absoluto por la complejidad de los hechos, sin caer en la apología fácil.

La puesta en escena minimalista, resulta un acierto. Con pocos elementos, logra transportar al espectador a ese contexto sociopolítico desgarrador, amplificando así la potencia de la palabra, del gesto, de las miradas.

Cada escena está trabajada con una profundidad emocional que deja una huella imborrable.

La dirección es precisa y valiente, apostando por un ritmo contenido que confronta al público directamente con el dolor, el desconcierto y las contradicciones de una época.

Cada actor y actriz se sumerge con entrega conmovedora en su personaje, dotándolo de humanidad, contradicción y vulnerabilidad.

Su dolor es tangible, la incomodidad también.

Y es ahí donde reside la fuerza de esta pieza, en su capacidad de incomodar para provocar pensamiento.

“NO MATARÁS (del otro lado)”

no se agota en el aplauso final.

Abordar un tema “políticamente incorrecto” en tiempos de susceptibilidades exacerbadas, no es un gesto menor.

Y lo hace con altura, sin temor a las controversias, con una valentía admirable que trasciende lo artístico, para convertirse en un acto ético.

“NO MATARÁS (del otro lado)” es mucho más que una obra de teatro.

Es un llamado a la memoria, un ejercicio de humanidad, un espejo incómodo pero necesario.

Una joya del teatro independiente, imprescindible para quien busca en el arte no sólo belleza, sino también verdad